La aventura de ser Mama

Algunas personas me han preguntado por qué no he vuelto a escribir. Les cuento que me estoy tomando unas semanas libres, ya que estoy en medio de muchas citas médicas que me tienen con poco tiempo. Como les había contado anteriormente me tienen que hacer dos operaciones diferentes y estoy tratando de que las dos concuerden, estas operaciones son complejas y me van a dejar un poco maltratada por unas semanas, en las cuales no voy a poder trabajar y no voy a poder ejercer como mamá. Ha sido un proceso de tratamiento largo y muy desgastador, el pre operatorio no ha sido tampoco nada fácil, espero recibir pronto la fecha puntual de estas operaciones y así poder estar un poco más tranquila. Y aunque tengo muchos temas escritos y casi listos, los tengo que editar y créanme no es muy fácil, por lo menos no para mí. La meta que me trace es postear una vez a la semana. Dicho esto, no quise que esta semana pasara en blanco y decidí escribir acerca de lo que he sentido como Mamá, espero que algunas se identifiquen con algunos de estos sentimientos. Por adelantado les quiero desear a todas un Feliz Día de la Madre.

Para ser franca desde que mi hijo llego a mi vida he irrumpió en mi historia, conocí aquello que la gente llama AMOR y que para ser sincera no tenía idea de cómo se sentía. Desde el momento que me di cuenta que mi niño venia, se convirtió en el capítulo por escribir más importante de mi libro de vida y al mismo tiempo desemboco un derroche se sentimientos que tenía reprimidos desde hace muchos años, que me hicieron sentir vulnerable y a la vez demasiado poderosas, pero lo más importante es que me libere de esas expectativas que me habían abrazado por años y creo que ese derroche de sentimientos me sano de una manera muy bonita.

Con mi Lobito he conocido la muestra del más puro, verdadero, incondicional y eterno cariño. También entendí que cuando tienes una personita en tu vientre por 40 semanas sin dudarlo ni pensarlo, te vuelcas por completo, eres devota a ese ser que crece dentro de ti pero que no conoces, que te va transformando sin poner un piecito en este mundo y aunque no tienes idea de cómo luce, como será su personalidad te da lecciones valiosas, te pule con cada movimiento que te transmite y te hace soñar con cosas que antes ni siquiera imaginabas.

Me acuerdo bien de cada hipo, patadita y lo que me he hacían sentir -es algo simplemente sublime-. Hoy después de más de dos años de tener a mi hijo estoy segura que mi vida cambio de la mejor manera, siento que él venía con el propósito de cambiarme para bien, porque mis días se tiñeron de lindos colores, redefinió la idea que tenia de lo que significaba la felicidad y sobre todo la libertad. Me ha llenado de una paciencia infinita y simplemente me da la fuerza que necesito para luchar y seguir adelante. También que hay mucho por aprender y que no existe mejor profesor que mi propio hijo, ese que me llego de regalo o más bien como un pequeño milagro, porque por primera vez, le abrí los brazos, mi alma, mi mente y mi corazón a alguien diferente a mí. A él, que no desee pero elegí dejar latir su corazón por cosas de la vida, es ahora quien llena mis días de las más bonitas aventuras y al que no cambiaría por nada del mundo, porque finalmente me di cuenta que la maternidad te brinda posibilidades como crear vida, pero también te da la posibilidad de construir caminos con esa personita que te coge la mano, eres sin lugar a duda el artista de tu mejor obra maestra.

Él es mi mayor tesoro, la química que nos conecta vale más que todas las esmeraldas del mundo. Hay varios motivos por los cuales no quiero y mucho menos puedo pensar una vida sin él y aunque es imposible de explicar lo esencial de su presencia para mí, para mi día a día, quiero decirles que mi Lobito tiene unas cualidades y dones especiales. Alegría, locura, inocencia, liderazgo, un carácter fuerte, personalidad arrolladora, pero sobre todo mucho amor y esos son los ingredientes de la receta para ser FELIZ. Una mirada de él con esos ojos que me enloquecen, esa sonrisa que me derrite, esos besos que me da a cada rato, esos abrazos fuertes que la mayoría de veces me ahorcan y ese tierno y genuino “mamá amo” me enamoran un poco más cada segundo.

Nunca me voy a cansar de decirle que esta mujer que jamás imagino una vida con él, hoy quiere explicarle que no puedo concebir una sin él, ya que es mi magia y se ha convertido en el motor de mi corazón, en la fuerza que me empuja a seguir adelante, en la razón por la cual quiero vivir intensamente cada día al lado suyo. Que convertirme en su Mamá ha sido el mejor regalo que Dios, la Virgen y el Universo me han podido dar, que lo he amado de una manera inimaginable, hizo que mi alma y corazón frio, floreciera con su llegada y estoy segura que en esta vida no voy a amar a alguien más que a él.

Hoy que celebro un día más de la madre al lado de mi tesorito, me he dado cuenta que debemos vivir el ahora. Que no deberíamos mirar tanto hacia el futuro, es mucho mejor vivir y disfrutar el presente, esperando solo el mañana. Somos instantes y yo solo quiero seguir escribiendo en mi libro de vida los momentos que vivo al lado de mi más grande Amor.

Hoy agradezco llevar el título de Madre por eres tú el que me lo da, anhele tu llegada por muchos meses y ahora anhelo vivir para verte crecer.

¡Feliz Día de la Madre a todas!