Viaje a la playa y el anillo de renacimiento
- unatalanaysupizcad
- Apr 23, 2023
- 10 min read

Este no es el anillo, aún no estoy lista para compartirlo
Hola Amigos, ¡he vuelto!
Tenía otro tema preparado, pero este se me seguía colando en la cabeza, por eso he pensado mucho. No estaba cien por ciento segura de hablar de esto, no encontraba el coraje para hacerlo ya que es dejar mis sentimientos al desnudo. Me daba mucho miedo compartirlo, pero pensé ¿Por qué no? Es mi experiencia y quizás hablar de esto puede ayudar a alguien que este pasando por lo mismo y quizás pueda darle ideas a alguien para salir de una situación triste en sus vidas.
Hoy les voy a contar de “mi viaje a la playa y mi anillo de renacimiento” como llegue a él y también les cuento el significado que tiene para mí.
Empecemos por el principio, a finales del mes pasado se cumplieron dos años desde que el papá de mi hijo decidió abandonarlo y aunque no vamos a hablar de eso hoy, si vamos a hablar de algo que está muy conectado a este acontecimiento ya que ese mismo día a mí también me abandonaron, rompiéndome el corazón en mil pedazos.
Aún recuerdo ese día como si fuera ayer, quizás me dio mucho más duro que otras terminadas porque esta vez no se dio una explicación, no hubo pelea, no paso nada, solo una llamada de una tercera persona dejándome saber que el jamás volvería.
Aquí no me las voy a dar de dura, de una vieja con pocos sentimientos y que me resbala todo. En ese momento después de esa llamada, me rompí, no voy a mentir, fue de las cosas más duras que he vivido en mi vida, lo amaba incondicionalmente y pensé que merecía una explicación, por los años que llevábamos juntos y sobre todo porque teníamos un hijo al cual le estaba haciendo lo mismo. Durante seis meses espere esa tan anhelada explicación mientras lloraba día y noche… al final nunca llego. Es difícil de olvidar esa fecha porque fue algo que marco mi vida y la de mi pequeño lobito.
Muchos se preguntarán, ¿y porque quieres recordar esa fecha? Es simple, ese día sentí literal que mi corazón se moría, les juro que sentí dolor físico, no podía respirar, no podía camina y mucho menos hablar, la sensación de que tu corazón explota en mil pedazos es cierta y la viví hace dos años. Sé que suena dramático, pero oigan yo les estoy hablando de lo que yo sentí, y pensé que estaba rota de por vida (de verdad pensé que no lo superaría). Pero cada lagrima derramada por seis largos meses me ayudaron a encontrar pieza a pieza y poderla ir encajando donde correspondía y pegarla de una manera sana, con perdón, con entendimiento, maduramente. Esto proceso me llevo a un viaje maravilloso de conocimiento y ¡SI! Me tocó recurrir al pasaporte para llegar a lo que sigue.
Fue un viaje corto, pero lleno de experiencias maravillosas… Cuando regresé, estaba más sanada, más agradecida, más ligera de equipaje, más libre, con el corazón limpio (vivir con eso es impagable), llegue más consiente de mi tiempo, del tiempo que necesito con mi pequeñísima familia maravillosa que formó con mi hijo y mi mamá, llegue ¡Más, pero mucha más ANA!
Este viaje me regalo un anillo, fui a una tienda por pura casualidad y cuando lo vi, simplemente me cautivo, sentí que lo quería, que me representaba de una manera única, en el vi mi esencia, es algo super difícil de explicar, pero algo que iba más allá me dijo “cómpralo” va a significar algo importante. Y ahora después de tenerlo por mucho tiempo siento que representa un nuevo comienzo, me recuerda lo maravillosa que es la vida, lo fuerte que soy, por lo que vale la pena luchar y también significa el cierre de un ciclo importante.
Bueno, muchos se preguntarán, ¿y que paso en ese viaje? Me di cuenta
de que mi hombre ideal había resultado ser un engaño, una traición… Mi identidad se vio amenazada y empecé a mirar con lupa lo que fue autentico en esa relación y es una verdadera pena, la vida debería ser más pura y menos estratégica. Me di cuenta de que no quise ver las miles de banderas rojas y acabe compartiendo mi almohada con la deshonestidad vestida en pijama de crueldad. Hubo un momento clave en ese viaje (más adelante viene) y a partir de ese momento empecé a valorar lo que realmente vale la pena y a desechar lo desechable, sin importar el tiempo que haya absorbido mi vida. Lo más difícil fue perdonarme a mí misma, por no haber sido más cautelosa, pero tenía que dejar de verme como víctima y asumir la responsabilidad de mis acciones, aprender, crecer y seguir. Aprendí a responderle a los que me decían: "no demuestre que te rompieron” Porque no? Soy un ser humano y ese es el riesgo que tiene sentir, el sentir demasiado. El dolor nos cambia valores y prioridades, a mí me cambio para bien y al día de hoy estoy bastante agradecida
Les quiero contar un poquito más a fondo, mis sentimientos más íntimos y también lo que sentía por el “desteñido” en este blog lo vamos a llamar por su nombre de pila Andrés. Durante un año estuve destruida, pero los primeros seis meses fueron fatales y yo dentro de mi propia ignorancia sentimental sentía que necesitaba salir de eso, ya que estaba acabando con mi vida. Mis insomnios tenían el nombre de él, me levantaba a mitad de la noche y lloraba como una loca, a veces por un recuerdo lindo, otras veces recordando las palabras de esa tercera persona, la mayoría de las veces lo que más me hacía llorar era su silencio. Aun padezco de insomnios y sí, algunas veces aparece el, una que otra noche (pero ahora no lloro, ahora soy una Ana diferente a la de hace un año y medio). Yo sabía la situación de él, no porque el me lo hubiera contado y hubiera sido franco acerca de eso, por casualidades de la vida, muchas personas que conozco lo conocen a él y a ella y ahí me di cuenta de que tenía una vida completamente paralela, y que tenía una familia. Aquí no me las voy a picar de santurrona o me voy a hacer la víctima, créanme cuando me di cuenta de toda esta verdad que el tanto se esforzó por ocultar, me importo un culo y seguí con él. De corazón siempre pensé que quedaría en eso, una historia pasajera, en ese momento no lo amaba, no esperaba nada de él, solo pasar un buen rato.
La relación fue solidificándose de una manera muy orgánica, muy simple, sin pensarlo creo que él y yo nos enredamos demasiado, no supimos poner un alto, no supimos hablar abiertamente de nuestros sentimientos, simplemente no supimos manejarlo. Por mi parte cada día que pasaba yo sentía un poquito más, pero en mi ignorancia no lo supe leer, no lo supe sentir, simplemente no sabía que era lo que estaba sintiendo, pero sí, lo acepto empecé a fantasear con la felicidad esa que ya entendí que nunca será posible. No obstante, en esos momentos yo quería una vida con él, todas las risas, muchos desayunos, lo quería todo, y no pudo ser. Pero gracias a él, conocí el amor y se lo agradezco.
Ahora voy a despejar algunas dudas acerca del anillo
¿y porque un anillo?
Una simple respuesta seria porque es de los accesorios que más me gustan, pero el día que lo vi, simplemente sentí que lo debía comprar, pudo haber sido algo más, pero en esta ocasión fue un anillo.
¿Quién te da esa prenda?
Sencillo, ¡nosotras mismas! no tiene que ser un anillo, puede ser algo más, lo que te apetezca. Muchas personas lo harán un poco más espiritual y no necesiten cosas materiales, yo lo hice porque ese día lo sentí así, y la verdad no me arrepiento.
¿Y qué significa?
Bueno esta prenda (cadena, anillo, aretes, lo que te dé la regalada gana comprar, si es que quieres comprar) es un símbolo de resiliencia, de cierre y autoayuda luego de una ruptura, de un divorcio, o de algo que quieres dejar atrás. Lo importante es que cada vez que lo vemos, nos hace recordar las promesas que nos hicimos, ser fieles a nosotras mismas a partir de ese momento (por lo menos eso fue lo que me prometí yo, en ese miniviaje) En caso de divorcio, se quitan su anillo de casadas y en su lugar se ponen este y lo llaman anillo de divorcio, muchas usan las piedras de ese anillo de matrimonio y reinventan uno nuevo. En mi caso yo no era casada, yo era la otra (literalmente hablando), yo llame al mío, el anillo de una Tal Ana
¿Te parece una buena idea?
Me parece una excelente idea, ya que es un recordatorio, de que siempre puedes y nada es tan fuerte para destruirte. Como dije anteriormente muchas personas lo hacen espiritualmente, no necesitan de un anillo o una cadena, quizás necesiten una berraca pijama, una piedra de la calle, una concha de la playa, como digo, tú haces lo que te dé la gana, yo soy una persona muy de cosas materiales, y me decidí por un anillo. Al principio quería un tatuaje (tengo varios) y estaba pensando en hacerme un Ave Fénix, ya que dice la leyenda que ellas renacen de las cenizas y pues que mejor recordatorio que siempre se puede renacer y para serles sincera yo me siento una, ya tengo el modelo de mi ave fénix solo me falta el coraje para hacerme uno más.
Ahora sigamos hablando un poco más, del viaje y del anillo y por qué son super representativos para mí, porque sí, cambié, decidí ser fiel a mí misma, me di cuenta de que lo que te va dando la edad es el aprendizaje de amarte cada día más, a ver quien realmente es tu amigo, a darle la importancia que tiene mi pequeñita familia, a valorar más mis tiempos a solas, a ser más responsable con mis cosas y a fijarme metas disfrutando mi propio proceso. Me di cuenta de que amo ser más grande que ayer y vivir mi vida quitándome cosas, situaciones o personas que pesan, que me traen pesadez, que no aportan nada a mi vida.
También entendí, que, aunque perdoné, no es tan fácil olvidar. Hay momentos, hay lugares, hay canciones que me recuerdan a esa persona que me hizo daño y claro, que toda la vida lo voy a recordar (no tiene nada de malo) igual tengo un niño que 50% es el (literalmente). Y lo recordare muchas veces de buena manera (ojala siempre fuera así) pero la vida no es color de rosa y mucho menos tus sentimientos, muchas veces lo recordare desde el dolor, desde la incapacidad a poderle gritar y exigir una explicación, recuerdas a través de la frustración, porque a veces lo necesitas y no me refiero a que lo necesite como hombre, no olvidemos que también es el papa de mi hijo, y sí, muchas veces lloro en una silla de un doctor, de una especialista, esperando en una terapia, y pienso porque no está aquí, apoyando a nuestro a hijo… y ahí es donde miro mi anillo y digo, yo puedo sola y de esta salgo entre las cenizas, quería algo que me recuerde constantemente que no importa lo que pase, que yo puedo seguir adelante, que nada es un fracaso, más bien todo es una enseñanza.
Les quiero decir que me encanta esta versión de mí, donde nada me afecta (bueno pocas cosas) y pocas personas me importan.

Foto real tomada por mi, pero una amiga me la arreglo
Termino este largo blog, con el ritual que hice en ese viaje, ya tenía mi anillo conmigo, era de mis últimas noches, pero sentía que aún me faltaba algo, que, aunque había logrado mucho, aun había una pesadez extraña. Esa noche baje a la playa (los que me conocen saben que no me gusta, que me da miedo, que simplemente no es lo mío). Me senté ahí por horas, vi un atardecer increíble y luego llego la noche, mientras yo permanecía sentada ahí, la luna se asomó y era luna llena (la que más me gusta). Ese día a la luz de la luna entendí que el Andrés del que yo me enamoré, ya no existía. Tenía unas velitas de esas que pueden flotar, las había comprado en un mercadito y las guarde en mi mochila, la señora que me las vendió me regalo una caja de fósforos, y le dije que no que no las prendería, que las llevaría a casa, ella me miro y me dijo, para que tengas los “cerillos” de recuerdo, uno nunca sabe cuándo los pueda necesitar y me pico el ojo, los tome muy agradecida sin pensar que los iba a necesitar tan pronto.
Lo mate aquella noche frente al mar, derramando las ultimas lagrimas por él, deje que estas mismas cayeran al agua salada y se mezclaran, lo mate mirando la luna y al sonido de las olas, esas que odiaba y ahora me daban paz. Sentí que la magnitud de mi amor se la iba llevando la marea, que esa vida que pensé por seis meses que no tenía sentido sin él, era lo que me estaba haciendo daño. Esa noche me di cuenta de que quería enderezar mi vida, esa que me encargué torcer por tres años y medio al lado de él. Saqué una de mis velitas de la mochila y la prendí, este fue el punto más duro de mi autosanación, ya que esa velita lo representaba a él, mientras la prendía me temblaba todo, me daba cuenta de que los valores de él y los míos eran muy distintos y que estaba tomando la mejor decisión. La puse cerquita a la orilla del mar, y vino una ola muy sutil, y se la llevo flotando, increíblemente no se apagó, no se mojó, no le paso nada, yo no lo podía creer (al día de hoy lo sigo llamando el regalo más maravilloso de Dios, La Virgen y el Universo). La velita siguió flotando, esa que lo representaba a él y al pasado que estaba dejando ir, la vi navegar el inmenso mar frente a mí y vi cómo se iba perdiendo en la obscuridad del océano. En ese momento lo dejé ir, sentí un dolor inmenso, porque sabía que ese era el último latido de mi corazón por él, cuando ya se estaba perdiendo la luz de la velita solo dije “Adiós Andrés” cuando no la vi mas sentí una paz increíble, sentí que mi corazón empezó a latir solo por mí, que había dejado atrás muchos recuerdos, que ya no quería sufrir más, que era mejor dejarlo así. Que era hora de pasar la página, de cerrar ese libro y empezar a escribir una nuevo. Después prendí todas las velitas que me quedaban, prendí una por esa tal Ana sentada ahí y por los sueños que aún le faltaban por cumplir, le puse otra a mi futuro y al de mi hijo, una para reconstruir, olvidar y domesticar la memoria y dejar a un lado el dolor, una para celebrar que estaba ahí en esa playa, que seguía sintiendo, que amo la vida, que amo a mi hijo y que aun creo en el amor y una última por mí, porque sé que seré feliz pero primero me estoy haciendo fuerte.
La vida es bastante irónica, esa playa me salvo la paz mental (yo detestaba la playa y el mar) ese acontecimiento lo voy a llamar de ahora en adelante justicia poética.
Hay días en los que las pequeñas pesadillas cambian nuestra visión sobre nuestros sueños y el futuro. ¡No dejes que te pase, no dejes de soñar!
Hasta un próximo caos
Una tan Ana
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